martes, 12 de mayo de 2009

EDITORIAL




CIEN DIAS



Este es el tiempo que, protocolariamente, se concede todos los dirigentes para que se les vea venir, que los ciudadanos sepamos cúales van a ser sus comportamientos y su forma de actuar.

Hace ya cien días, debido a lo mal que lo había hecho su antecesor y, principalmente, a la situación de crisis que vivimos actualmente en todo el mundo, se nos presentó a Barack Obama como el salvador, el nuevo Mesías, que todo lo iba a cambiar en el planeta y esto llegaría a ser mejor que el Mundo Feliz de Aldous Huxley.

No seré yo quien desconfíe de las bondades de nuestro protagonista, pero hasta el momento sólo se le han visto bastantes detalles retóricos, infinidad de promesas, muchos viajes por Europa e Iberoamérica exhibiendo su espectáculo de cambio y pocas, muy pocas, tomas de decisiones realmente importantes para salvar el mundo.

Mejora de las relaciones con Cuba, apoyo a la investigación con células madre, riña a los dirigentes de las entidades financieras, en fin... mucho talante. ¿Pero es esto suficiente?. ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para ver otro tipo de actuaciones?. ¿Otros cien días?.

No sería bueno que Mr. Obama actuara, desde el punto vista económico, como ya lo hizo el Presidente Hoover, que le tocó lidiar con la Gran Depresión de 1929 y no supo atajarla por que la consideró algo pasajero, lo que evidentemente le supuso perder las siguientes elecciones.

Por cierto, cien días lleva la policía buscando el cuerpo de Marta del Castillo y da la sensación de que no tienen ni idea de por donde seguir. Un popular refrán dice que «la policía no es tonta»; pero, ¿Tan listos son estos tíos, que (aún supuestamente) han cometido este brutal crimen y no hay manera de desenmarañarlo?. ¡Pongan toda la carne en asador! .

Café para todos.

Cucharada y paso atrás

LEX AQUILIA

Uno que ya ha rebasado la barrera de la cincuentena y que por lo tanto no se considera una victima de la Logse ni disposiciones posteriores, no deja de asombrarse y sonrojarse con la proliferación de agresiones físicas y verbales además de otras lindezas que, cada vez con mayor frecuencia, padecen médicos, maestros y funcionarios en general, en principio por el simple hecho de hacer su trabajo y algunos incluso por gustarles.
Como en otros aspectos de la vida, estoy convencido que tanta permisividad y no atajar en su momento la incipiente agresividad de algunos comportamientos, nos ha llevado a una situación que, cuanto más tardemos, más difícil será de controlar.
Recuerdo que en mis tiempos mozos, mi maestro era simplemente eso: mi maestro. Una figura reverenciada y respetada a la que se le presuponía la autoridad suficiente como para que mi padre le encomendara mi formación y algo de mi educación, el resto ya me lo suministraba él en casa. Y hay de mí si se me ocurría contar algún correctivo de los que me ponía mi buen Don Armando por mi tendencia natural al gamberreo, mi padre, en automático y sin derecho a apelación, me colocaba otro.
De este decorado, hemos pasado al polo opuesto sin detenernos en una estación intermedia que la prudencia, la mesura y, sobre todo, la salud de nuestra sociedad recomendaría.
En estos tiempos modernos, algunos padres de un monstruito de poco más de tres palmos, no solo se consideran (haciendo alarde del conocimiento justo para pasar el día) con el derecho de cuestionar la aptitud pedagógica de un profesor, sino que enseñan a su cachorro que debe tenerle el mismo respeto que a los botes que patea camino del colegio. Dios nos libre si, además, resulta elegido miembro del consejo escolar algún iluminao que aspire a pasar a los anales del centro como el Guerrero del antifaz o lo que es peor La Masa. Ese sí que, a la luz de su misión celestial y Erga omnes, arremeterá contra todo el estamento educativo, las administraciones públicas e incluso el conserje.
Y que decirles del personal sanitario, además de todo lo anteriormente expuesto y las especiales circunstancias de su trabajo, deben padecer el acoso del Doctor Internet, herramienta mediante la cual cualquier descerebrado con ADSL se puede construir un diagnostico alternativo que ponga en solfa los conocimientos de diez años de carrera más lo que cuelga.
Tres siglos antes de Cristo, ya la « Lex Aquilia» contemplaba el resarcimiento de los daños producidos por culpa o negligencia, incluso nuestro vilipendiado código civil lo recoge y desarrolla. Así pues es de justicia que, dos mil trescientos años después, nos pongamos manos a la obra para evitar esta ignominia. La potestad es de nuestros representantes, la autoridad debe ser nuestra y es, sobre todo, de los miles de profesionales cabales que, además de un empleo, tienen una profesión.

Claudio

El paro sigue creciendo y hace que Navalmoral supere la barrera de los 2.200 desempleados

Las comarcas Campo Arañuelo, La Vera, Jara e Ibores rozan los 8.000 demandantes

La cifra de paro continua creciendo y alcanzando máximos históricos a nivel nacional, algo que también está ocurriendo en la mayoría de municipios de la zona. Este es el caso de Navalmoral de la Mata, que en el mes de marzo (última estadística de la que dispone el Inem) superó las 2.200 que buscan empleo.

Para el mismo organismo la cifra oficial de parados se sitúa en 1.619, a los que hay que sumar los demandantes de empleo inscritos en el régimen especial agrario que como continúan cotizando a la Seguridad Social no forman parte de esta estadística, a pesar de su elevado número (en torno a los 600).


No obstante y al margen de estas consideraciones, lo cierto es que más de 2.200 personas se encuentran actualmente sin empleo, buscando un nuevo trabajo. La mayor tasa de paro la registran las mujeres con edades comprendidas entre los 25 y los 44 años (462 paradas), seguidas de los hombres situados en la misma franja de edad con 328, mujeres mayores de 45 años con 301 y hombres que también han superado los 45 con 224.


Por sectores el de servicios suma 764 inscritos, la construcción 288, industria 258, agricultura 135 y sin empleo anterior 174. Sin embargo en lo que a contrataciones se refiere, el sector servicios registró la cifra más elevada, con 174, seguido de lejos por la construcción, industria y agricultura, con 32, 31 y 13 respectivamente.



Raras excepciones


Volviendo con el desempleo, en algunos casos se trata de demandantes que han agotado sus prestaciones, por lo que su situación se hace especialmente delicada. Salvo contadas excepciones (como es el caso de Romangordo con más de 200 habitantes y solo cuatro parados, o Higuera de Albalat, con 104 y un demandante), la cifra ha crecido de forma alarmante. En las comarcas de la Jara, Ibores, La Vera y Campo Arañuelo el número de parados roza los 5.500, a los que habría que sumar los consabidos inscritos en el régimen agrario, a buen seguro llegando a superar los 8.000 demandantes.


No obstante desde el Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe) se aclara que la cifra debería bajar en estas semanas, pues se están iniciando las campañas del campo, como es el tabaco y el espárrago, entre otras.


Efecto llamada




Por otro lado el crecimiento del paro está provocando un efecto llamada en algunas convocatorias, que años atrás no registraban tanta demanda. Este es el caso de la Central Nuclear de Almaraz, que ha recibido más de 1.700 solicitudes para trabajar en la recarga recientemente iniciada (lo habitual eran unas 700) y las 18 contrataciones que realizará el Ayuntamiento de Navalmoral con cargo al Fondo Regional de Cooperación Municipal, a las que se han presentado 557 instancias, 31 por cada puesto.


Parados por municipios (Datos registrados en Marzo en el INEM, sin incluir los demandantes agrícolas)

Aldeanueva de la Vera: 126

Almaraz: 152

Arroyomolinos de la Vera: 31

Belvís de Monroy: 54

Berrocalejo: 7

Bohonal de Ibor: 37

Carrascalejo: 17

Casas de Miravete: 15

Casatejada: 150

Castañar de Ibor: 100

Collado: 6

Cuacos de Yuste: 85

El Gordo: 49

Fresnedoso de Ibor: 31

Garganta la Olla: 74

Gargüera: 7

Garvín: 15

Guijo de Santa Bárbara: 35

Higuera de Albalat: 1

Jaraíz de la Vera: 540

Jarandilla: 193

Losar: 145

Madrigal: 158

Majadas de Tiétar: 98

Mesas de Ibor: 21

Millanes: 21

Navalmoral de la Mata: 1.619

Navalvillar de Ibor: 48

Navezuelas: 43

Pasarón de la Vera: 48

Peraleda de la Mata: 118

Peraleda de San Román: 17

Piornal: 70

Robledillo de la Vera: 21

Robledollano: 25

Romangordo: 4

Rosalejo: 111

Saucedilla: 77

Serrejón: 32

Talaveruela de la Vera: 22

Talayuela: 630

Tejeda: 56

Toril: 10

Torremenga: 52

Valdecañas de Tajo: 7

Valdehúncar: 14

Valdelacasa de Tajo: 22

Valverde de la Vera: 44

Viandar: 13

Villanueva: 160

Villar del Pedroso: 27

Total de la provincia: 35.906


Castigo y pena




El Código Penal es una Constitución negativa. Sus mandatos son de prohibición y la quiebra de sus normas se castiga privando de libertad al condenado. Sin duda se trata de una potente herramienta política, y es el legislador ordinario el que decide qué hechos deben reprocharse -y hasta qué medida cabe el reproche- aplicando este gris código, y cuáles no.

Desde hace décadas las sociedades más civilizadas pugnan denodadamente para confinar la elevada mortandad con la que Las Tres Ces (cáncer, corazón y carretera), se enseñorean diariamente, arrostrándonos las debilidades que nos caracterizan como pueblo opulento. Ese funesto indicador, esa lúgubre tasa, señala que nuestra sociedad no está sana. Es un aviso. Otro más.

El primer fin de semana de este mes florido, la carretera dejó una trágica efeméride. A la altura del kilómetro 3 de la carretera de Valdehúncar, uno de nuestros vecinos fue atropellado. Ese preciso punto de la calzada mostrará, hasta deslavazarse por el paso del tiempo, una gran amapola, cuyo color se amortiguará mientras que el dolor perdurará siempre. Porque se producirá la más asombrosa de las paradojas: ya no seguirá entre nosotros y, sin embargo, no dejará de estar siempre en todos los suyos, y junto a quienes le conocían. Y esto es así porque la pérdida de un ser querido hace que sintamos un vacío en nosotros que no puede ser restituido, ni reparado, ni colmado, ni ocupado por otro. Ni por otro, ni por nadie. Es una parte de nosotros. Por eso, con él nos vamos y con nosotros queda.

Pero ante la sensación de vacío y náusea, ningún consuelo ofrece la ley humana. Es imperfecta, pues aunque se duplicaran las penas de hasta cuatro años de prisión que pueden imponerse por dejar de socorrer a quien lesionaste en un accidente y fueran cumulativas a los otros cuatro a los que puede ser condenado por homicidio con imprudencia; jamás consolará la pena que asola a la familia.

Porque ya nada cambiará los hechos.

La tragedia griega, esa que cantaron los vates sobre la vida y muerte de los hombres, enseñaba ya de antiguo la existencia de ese enorme vacío. También de los férreos lazos que se anudan invisibles a lugares y ata a las personas desde entonces, anudadas por una pesada pena. Esta amapola no debiera haber florecido nunca.


por JAV

Consternación por el atropello mortal de un vecino en la carretera de Valdehúncar

El autor se dio a la fuga en un primer momento, entregándose ocho horas después


Un vecino de Navalmoral de 46 años de edad perdió la vida a primera hora de la mañana del domingo 3 de mayo. El hombre, que se encontraba practicando deporte en la carretera de Valdehúncar, fue atropellado a la altura del kilómetro 3. Quedó tendido en la cuneta hasta que cerca de media hora más tarde encontraron su cuerpo otros vecinos que circulaban por el mismo lugar. Entretanto el conductor del vehículo, otro vecino del mismo municipio, huía y escondía el vehículo implicado en el fatal siniestro.

Según fuentes policiales el atropello tuvo lugar minutos después de las siete de la mañana. Minutos después de tener constancia de lo sucedido, Policía Local y Guardia Civil iniciaron un amplio despliegue para conocer la identidad del autor. Durante varias horas agentes de la Benemérita permanecieron en el lugar recogiendo pruebas que pudieran dar indicios sobre el tipo de vehículo. A primera hora de la tarde del mismo día las pesquisas y el estrechamiento del cerco policial dieron sus frutos, personándose un vecino de Navalmoral de unos 30 años de edad en el cuartel. Las mismas fuentes informaron que reconoció haber atropellado «algo» en la misma vía, quedando detenido como presunto autor del atropello y omisión de socorro y pasando a disposición judicial. Habían transcurrido varias horas desde el suceso. Minutos después la Guardia Civil encontraba el vehículo implicado, escondido en un la vecina población de Valdehúncar. Presentaba desperfectos en el capó, parachoques y cristales, así como restos de sangre. No obstante la juez encargada del caso decretó el secreto de sumario tras tomar declaración al detenido.

La noticia causó la lógica consternación en el municipio, pues se trataba de una persona muy conocida. Estaba casado y tenía tres hijos. Familiares y numerosos amigos y vecinos asistieron al funeral, celebrado en la mañana del lunes ante cientos de personas.


Que situación, que sinvivir

Suena el despertador: las ocho, «venga hijo que hay que ir a la escuela». Desayuno, a ponerse la ropa, bien abrigadito, a la calle y al coche, a su habitáculo inmunizado, insonorizado, «descontaminado», protegido de no sabemos qué..., aislado.

«Desde su pequeño mundo», a través del cristal ve a otros niños. Ríen, juegan, saltan, se empujan, charlan, se agarran; alguno incluso tiene la osadía de pisar algún charco que se encuentra en su camino: «mamá, mamá, por qué esos niños van andando a la escuela, por qué ríen, por qué juegan, por qué se abrazan, por qué se empujan, por qué».

«Pero mamá, ¿es que son niños malos?, ¿es que sus papas nos les quieren y les dejan ir andando al cole para que les pase algo?, ¿es que no deben ir protegidos, escoltados, aislados, y apartados del mundanal ruido como yo?, ¿es que a ellos no les pasa nada por ir andando y a mi si?».

«No te preocupes hijo, ellos no son como tú, son niños como los de antes, con padres como los de antes, con costumbres como las de antes»; «tú no, tú eres especial, tú vienes conmigo, para que yo te proteja, para que yo te cuide, para que yo te controle».

Y llegamos a las inmediaciones, se empiezan a vislumbrar vehículos, muchos vehículos, con muchos niños en su interior, protegidos, guardados… y aglomeraciones, muchas aglomeraciones, coches por aquí, coches por allá; encima de la acera, en doble fila, en el paso de peatones, en mitad de la calle (casi llego a contarlos un día: por cada niño un coche, «ole la crisis»). ¿Y los niños?, a quien te refieres, ¿a los de antes?, ¿a los de a pie?, ¡pues como pueden!: sorteando coches, corriendo entre ellos para cruzar, bajándose a la calzada porque la acera esta llena... riendo, jugando, mezclándose, socializándose, comunicándose, viviendo su edad. Los otros, en sus blindados, cerrados, aislados, protegidos, custodiados, amparados, esperando que de la hora para entrar directamente a la clase.

Que descontrol, que situación, «cuidao pa no controlar esto», «ya esta bien» . «¿Pero quien se queja?», dice uno que pasa por allí, «No, no, si el que se está quejando es el que ha venido en coche a traer a su niño, y lo tiene allí, en doble fila, el que menos tenía que hablar».

Porque nos empeñamos en hacer diferentes a nuestros hijos, ¿es que ya no nos acordamos de cuando nosotros lo éramos?; ¿tan mal lo hicieron nuestros padres?, ¿es que ya se están perdiendo todas las buenas costumbres, valores y arraigos que teníamos?.

No os parece que estamos haciendo personas muy dependientes, con falta de autonomía, de confianza en si mismos, sobreprotegidos, sin iniciativa propia, con falta de habilidades sociales tan básicas como la comunicación, la participación, el ser asertivos. Permitámosles que se realicen, que crezcan con sus iguales, que se comuniquen, que empaticen. Que se lleven satisfacciones y fracasos; que tengan ilusiones y frustraciones; que obtengan lo que se merecen y lo que no, no… que vivan la realidad del mundo en el que están. Dejémosles que vayan juntos a la escuela (nosotros podemos ir igual, pero sin pretender ser sus guardaespaldas), dejémosles que disfruten de su infancia, que se empujen, que rían, que se mezclen, que se diviertan, que se agarren, que pisen algún charco, o el carámbano, que... ¡Y dejar los coches en casa coño, que luego nos quejamos de que se anda mal por Navalmoral!

Las personas somos los únicos animales que tenemos la capacidad de comunicarnos, entendernos, discrepar, expresar nuestros sentimientos, ¿Por qué? porque somos seres sociables que necesitamos de los otros para desarrollarnos como personas, si no, pues eso, seriamos animales viviendo en manada sin otro menester.



© capitantrueno

Funcionarios

Alguien me pregunta molesto, la razón por la que me refiero a la «arrogancia de los funcionarios públicos» en mi anterior artículo. Según parece tal persona, no ha entendido que no soy yo quien tal cosa dice, sino Cicerón.

¿Existen hoy los funcionarios arrogantes? ¡Naturalmente! Como existen los ingenieros, abogado, inspectores de toda clase y tipo, vendedores, albañiles, los maestros, los soldados, los médicos. Solo que en Roma, los tres últimos no eran funcionarios.

Al fin y al cabo ser arrogante, no es otra cosa que ser valiente, brioso, gallardo, altanero, soberbio y alguna que otra condición más que pueden ir unidas o separadas según que casos. Según parece el problema no está en ser arrogante, sino en el uso y con quién se haga de tal condición.

¿Por qué un maestro, soldado o médico no puede ser arrogantes? Los maestros gozaban de una consideración de la que hoy están muy lejos de disfrutar. Cuestionados por los padres y alumnos, envidiados por sus periodos de vacaciones y desprotegidos por las leyes ante acosos, insultos y maltratos. A la vista de las circunstancias en que hoy vivimos, creo que los maestros no pueden ser arrogantes en el ejercicio de su profesión. La del magisterio, era una actividad netamente vocacional. Es posible que hoy se de algún caso en el que un maestro o enseñante, sea o se sienta funcionario en sentido peyorativo. Pienso que son escasos. Claro que entonces la palabra maestro tenía otro significado, diferente de los hoy denominados Profesores de Educación General Básica -tiene bemoles el nombrecito-. Eran maestros los que poseían méritos relevantes entre los de su clase.

Tampoco eran funcionarios los soldados, honorable profesión que proporcionó la grandeza a Roma. Hoy, hay sectores que incluyen dentro del funcionariado a los militares. Desde luego no hay que remontarse a los romanos tiempos para constatar la estupidez de tal encasillamiento si pensamos en Rodrigo Díaz de Vivar, en Don Casto Méndez Núñez, aquel de la honra y los barcos; o Eloy Gonzalo, el héroe de El Cascorro, por recordar tres nombres.

Para no hacer muy larga la explicación dejaremos a médicos y otros profesionales de la pública sanidad denominados funcionarios.

Lamento que por lo que decía Cicerón hace muchos años, se pueda enfadar un funcionario de hoy. Lo lamento, pero pienso que no debo ni puedo mutilar la cita. Eso queda para los expertos del «tipex» y me viene a la memoria el mal uso que de tal adminículo hiciera, no ha mucho tiempo un funcionario de alto rango, de digital designación.



Juan cualquiera

Dices tú de la renta...

Dices tú de la renta, que si ya está aquí otra vez, que si ya estamos echando cuentas para rascarnos el bolsillo o esperar la devolución. ¡Pero si esto ya no es lo que era, hombre!. Antes sí que había que echar cuentas. Un montón de tiempo buscando papeles, los de la empresa, los del banco, los seguros, las facturas de las gafas, el dentista, el ginecólogo y el pediatra. ¡Ah! y las de la farmacia, que luego las miraban con lupa para descontar los potitos y los dodotis, y los preservativos, porque en las facturas de la botica venía de todo.

¿Y las desgravaciones? ¿Eh? Desgravaba todo. Un poco por los estudios de los muchachos, otro poco por casarte, por la guardería de los críos, por casi toda clase de seguros, ¡hasta por invertir en renta fija y variable!. Incluso había una desgravación que consistía en aplicar un polinomio, que para eso los aprendimos en el instituto.

Eso eran declaraciones, cuando yo, Juan Español Español, venía como ejemplo en los cuadernillos del sobre de la declaración que no se leía nadie, pero que todos llevaban debajo del brazo en peregrinación a la gestoría, donde había colas inmensas y un montón de Olivettis echando humo. Tardabas días en tener la declaración ultimada. Las buenas noches que le dabas a tu mujer eran de incertidumbre, decías buenas noches, cariño, que descanses tú que yo no puedo. Y ella preguntaba ¿todavía no sabes cómo te sale? A lo que tú respondías: ni lo voy a saber hasta que no encuentres el papel que has guardado tan bien guardado, mi amor, porque eran tiempos en los que todos los papeles los «guardaban» las mujeres.

Sí, eran otros tiempos. Tiempos en los que yo declaraba siempre de una manera pública y constante. Estaba en el supuesto práctico de todos los tipos de declaraciones, en todos los folletos de Hacienda, sirviendo de ejemplo y ayuda a todos los contribuyentes. Sujeto Pasivo: Juan Español Español. Parecía que éramos pocos los que declarábamos, hasta que salió Pepe Borrell en la tele y dijo eso de que «Hacienda no somos todos pero lo vamos a ser». Y así pasó, que todo el mundo acojonado buscando papeles que llevar al de la gestoría para meterlos en la Olivetti.

Pero sospecharon la que se avecinaba, estoy seguro, eso lo juro y lo perjuro. Si no, ¿de qué iban a cambiarme por la tal María Auxiliadora, que va a juntar tantos trienios como entonces tuve yo?. Ya te digo que se lo temían desde hace tiempo, tanto cambio del impuesto, que te lo aprendías un año y al siguiente ya te lo habían puesto patas arriba, que si quitan los estudios y las bodas, y los gastos de sepelio, y luego un seguro si y otro no, y luego con la vivienda, ¡anda que no la están dando vueltas a la vivienda!. Pues como no se espabilen con la crisis y el empleo van a tener que cambiar esta deducción; en lugar de por cantidades satisfechas en el ejercicio por la compra del piso, van a tener que inventarse la de por cantidades insatisfechas al banco por recibos de hipotecas impagados.

Dices tú de la renta, si es que esto ya no es lo que era. Fíjate cómo estábamos antes y cómo estamos ahora, que resulta que te lo mandan todo hecho. Algunas veces mal, sí, pero hecho, por eso se llama Borrador. Y sin llevar un solo papel. Vas a Hacienda con las manos en los bolsillos y sales preparao.

Yo, desde que no salgo en los papeles, empiezo a estar un poco perdido, fíjate que aparezco en el Congreso ¡en la tarjeta electrónica del Diputado Duran i Lleida!, como para no estar perdido. Juan Español Español, a él, catalán por los cuatro costados.

Este año me tenía mosca lo de los 400 euros. ¡Coño, que no me lo creía!, pero resulta que es cierto, que aparecen en la renta y en el borrador, pero sólo para los que pagan impuestos o se les ha retenido, los demás, ni los ven. Francamente, a mí no me acaba de llenar el ojo. La intención es buena, pero el alcance no me lo parece. ¡Ojo! Con esto no quiero insinuar nada, que opinión, como alma, todos tenemos una, y aunque debamos dar nuestras cuentas de la forma que ordena el legislador, cada cual tendrá su cosa. Si ya lo dijo Calderón, «al Rey la hacienda y la vida se ha de dar…» pero, por el honor de un destronado del cuadernillo de la renta, lo voy a decir: algunos no cobrarán los 400 euros que otros años, en impuestos, seguramente habrán pagado, y hay quien gana un montón de billetes de 500 que los cobrará sin ninguna necesidad, y con el beneficio, además, de no pagar por el Impuesto sobre el Patrimonio. He dicho.

Si es que desde que me han sustituido por María Auxiliadora me han sacado de mis casillas. Menos mal que es un honor poder mostrar mi alma de papel a través de esta ventana. Y de la mano de Calderón. Al final, la vida es sueño y la declaración, para muchos, una auténtica pesadilla. Dices tú de la renta...



J.E.E.

Inteligencia

Hace unos días paseando por un pueblo, llegué a su plaza con sus típicos soportales y con su bar. A la puerta de este había un corro de personas conversando a la manera como se hace en los pueblos extremeños entre vecinos bien avenidos.

Su discusión giraba sobre que era una persona inteligente. Unos opinaban que era la que tenía muchos estudios, otros la que sacaba buenas calificaciones, algunos que era la que se relacionaba bien con todo el mundo y de esta forma iban surgiendo las diferentes opiniones.

En cierto momento destacó en la polémica el sentir de un paisano con muchos años, que comentó:

-¡Yo para saber quién ha sido inteligente en el pueblo no tengo más que ir al cementerio, leer las lápidas y recordar como vivió cada uno de los difuntos!

Algunos de los presentes le preguntaron que en qué se basaba para decir esto, él respondió:

-Es muy fácil, pues cada vez que miro una de estas lápidas repaso como inició su vida el difunto y como la finalizó. Así recuerdo a personas que con dinero, posesiones, formación y estudios su vida fue un cúmulo de calamidades a nivel personal, de amistades, social o laboral y añoro, sin embargo, a otros que no teniendo a penas formación sus vidas le fue bien en todos los aspectos; pero lo más importante los recuerdos como personas felices. Resaltó, para finalizar, que para él estas personas eran las inteligentes.

Ésta conversación me hizo reflexionar. Así, al llegar a casa consulté en Internet algunas páginas que trataban sobre inteligencia para ver como la definían los psicólogos y otros especialistas. Todos ellos la concretan en una capacidad mental que implica la habilidad de razonar, planear, resolver problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas, aprender rápidamente, aplicar lo aprendido con eficacia y tener habilidades sociales.

Como se observa en esta definición la inteligencia no es un mero aprendizaje de lo reflejado en los libros, ni una habilidad estrictamente académica, ni una destreza para superar pruebas o las calificaciones que ponen los docentes (estos suelen valorar conocimientos) tampoco es un talento especial que se pueda medir con pruebas concretas; más bien, el concepto se refiere a la capacidad de comprender el entorno donde se vive y desenvolverse con soltura en él para lograr de esta forma ser feliz.

El paisano del pueblo tenía razón, la inteligencia y la felicidad están muy unidas pues muchos de los parámetros en los que nos basamos para definir qué es una persona inteligente también nos sirven para definir cómo se puede alcanzar la felicidad. De esta forma podemos afirmar que para saber si una persona es inteligente podemos observar si esa persona es feliz o no. No tenemos que olvidar que la felicidad es un valor universal y a él tienden todos los hombres y mujeres que pueblan la Tierra.

¡Pero esto nos lleva a otro interrogante!, ¿pero qué es la felicidad? Es esta una pregunta para un futuro artículo.



Eduardo Arrojo Martín

LIBROS, LIBROS, LIBROS…

Salieron revoloteando con sus alas de papel albor ahuesado, de cien gramos. Algunos, un año entero durmiendo en el estante su intriga, su conocimiento, su pasión, su historia. Salieron con alborozo a sabiendas de que muchos volverían al mismo sitio después de abrirles por las páginas de atrás. Sus pálpitos llegan a pocos, pero la paciencia que les imprimieron sus creadores es sólo un placebo que les hace olvidar, al menos, su fin, su indiferencia, su muerte. Porque saben, la inmensa mayoría, que la ausencia de un catálogo es una esquela temporal de muerte.

Algunas veces salen de la mano de sus autores, y es entonces cuando advierten la aspereza del invierno. No ocurre en todas partes, ni mucho menos, también lo saben. Es por eso que no pierden la indulgencia, ni siquiera con quienes les atrapan en sus manos, un momento, como si fueran zapatos. Pero les cuesta entender algo: la falta de curiosidad por el escritor novel que ha conseguido enhebrar casi doscientas páginas dignas de una edición, y al que reciben apenas doce personas; o por el escritor sufrido en cuentos, artículos, ensayos, con el que Pilatos deja incluso de lavarse las manos, al que reciben cuatro.

Así fue como volvieron los libros a sus estantes aleteando cansados de no ser nada.

Entonces, en el recuerdo, aparece un epílogo que habla de la Historia de la literatura, en «Diez razones para estar en contra de la Perestroika», de Pilar Galán. Entre líneas, leer: ¿De qué me sirvió? Quien lo probó, lo sabe.



Alba Romero

IV CICLO DE CONFERENCIAS DEL I.E.S. ZURBARÁN

Durante el pasado mes de abril, el I.E.S. Zurbarán, en colaboración con el C.P.R. de Navalmoral, organizaron el «IV Ciclo de Conferencias sobre Sociedad, Cultura y Educación», patrocinado por las empresas Deportes Alberto, Serpromán, Gopersa, Central Nuclear de Almaraz y Grupo Aralama (editora de nuestro periódico).
Para este año, estaban programadas tres conferencias. La primera llevaba por título «Nuestros Volcanes», impartida por Dª Alicia García, jefa del departamento de Volcanología (término que ella misma utilizó) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La segunda conferencia fue «Bolonia y la universidad del siglo XXI», cuya ponente era Dª. Mª. Asunción Rubio, catedrática de la UEX.
En ambos casos, el éxito fue rotundo por la asistencia de numeroso público; pero también por el carácter pedagógico que usaron las dos ponentes, permitiendo la participación de la práctica totalidad de los asistentes. Todo ello, además, de su incontestable solvencia profesional.
Por último, la tercera cita del ciclo estuvo dedicada a la historia de la música, con la actuación de un grupo musical que ofreció un concierto histórico, el cual deleitó a los muchísimos presentes con gran cantidad de temas musicales del siglo XX, haciendo un repaso cronológico por el jazz, blues, soul, rock, pop ... ¡Un exitazo!.
Lejos de las aburridas e interminables conferencias que se suelen soportar en muchos casos, los responsables del I.E.S. Zurbarán llevan cuatro años organizando su ya consolidado ciclo de conferencias apostando siempre por citas amenas, divertidas y peculiares, lo que se va traduciendo en una mayor asistencia de público en todas las convocatorias.

Ahorrar con el automóvil

Por Joaquín R. Flores

Un buen mantenimiento es fundamental para el ahorro.

Todos tenemos la costumbre de utilizar el coche sin tener en cuenta que cada vez que lo arrancamos estamos vaciando nuestro monedero y agotando recursos energéticos. Lo utilizamos para desplazarnos en distancias cortas, es decir, si vamos a la compra utilizamos el vehiculo, si salimos a tomar café utilizamos el vehiculo, si vamos a casa de algún amigo utilizamos el vehiculo.

Si nos diéramos cuenta del ahorro que supone no utilizar el vehiculo para desplazarnos en distancias cortas, estaríamos ahorrando en muchos casos más de un 30 % anualmente, y no solo eso , sino que podemos contribuir a contaminar menos y a estar en forma, ya que los paseos ayudan a mantenernos en un buen estado físico, y así, tener a fin de mes un dinerito nada despreciable, que podremos utilizar para otras cosas, o simplemente ahorrarlo, si somos menos comodones y utilizamos el vehiculo sólo cuando sea necesario.

En los tiempos actuales, tenemos que ser muy rigurosos y cuidadosos en todo lo concerniente y relacionado con la energías, sean del tipo que sean, de esta manera contribuiremos a mejorar el medio ambiente y también a tener algún euro más en nuestros bolsillos.

Los malos hábitos al volante pueden incrementar más de un 15% el consumo de carburante.

Pero si realmente queremos economizar, cuando utilicemos el automóvil tenemos que tener en cuenta el mantenimiento del mismo, los hábitos al volante, y el seguro del vehiculo, de esta forma podemos reducir claramente los gastos, y si seguimos algunos consejos podemos reducir los consumos entre un 15 y un 20% cambiando algunas costumbres al volante.

Empezando por el mantenimiento;tengamos en cuenta que la presión de los neumáticos es fundamental, no solo por seguridad sino también por ahorro, si están excesivamente bajos de presión, hay un incremento de consumo de combustible, y si están demasiados inflados tenga en cuenta que alarga la distancia de frenada.

Realice las revisiones que le indique su mecánico, con ello evitará reparaciones más costosas o incrementos de consumos, tenga en cuenta que tener el vehiculo siempre a punto le garantizará un buen funcionamiento y la reducción de los costos.

Controle y sustituya los filtros de gasoil, gasolina y los del aire acondicionado, estos son los que más aumentan los consumos, y teniéndolos en perfecto estado no solo el vehiculo ira mejor, sino que verá un ahorro considerable.

Controle el consumo del vehículo

Un consumo excesivo es síntoma de una posible avería, además de incrementar un mayor gasto.

Podemos calcular el gasto de nuestro vehiculo y el consumo del mismo de una manera muy sencilla, llenamos el deposito al máximo y ponemos el parcial del cuenta kilómetros a cero, cuando volvamos a repostar lo llenamos de nuevo, anotamos los litros ,multiplicamos por 100 y dividimos por los Kmts que marca el cuenta kilómetros parcial, así obtendremos el consumo medio en litros por cada 100 Kmts.

A ser posible no utilizaremos el combustible más caro, pues el ligero incremento de prestaciones que añaden, solo es apreciable en un número muy reducido de vehículos y no compensa su precio.

Economice mientras conduce

Cuando arranque su vehiculo no pise el pedal del acelerador, no hace falta. En los vehículos de gasolina puede iniciar la marcha seguidamente y en los de gasoil basta con esperar unos segundos. Una vez en marcha cambie a la segunda velocidad una vez recorrido unos 7 u 8 metros, sin darse cuenta estará evitando un consumo excesivo de combustible. Cuando el tráfico lo permita continúe cambiando de marchas y velocidad sin acelerones bruscos, y si está parado en un semáforo o en un paso de cebra deje quieto el pié del acelerador, pues de lo contrario le supondrá un alto coste económico.

Cuando salga de viaje, cargue el maletero sin exceso, sólo con lo que crea necesario, pues el exceso de peso aumenta el consumo de combustible. Si tiene necesidad de usar la baca coloque todo lo que va a llevar de la forma más aerodinámica que pueda, así verá reducido el consumo.

Modere la temperatura del interior de su vehiculo, entre 22 y 23 grados, en verano tendrá una temperatura de confort y ahorrará combustible.

Haga siempre un uso racional del vehiculo, contribuirá a consumir menos combustible, no lo utilice en trayectos cortos, utilice el transporte público es más barato y más rápido.

Cuando tenga que repostar busque la gasolinera que tenga mejor precio de carburante, aunque sea 2 céntimos más barata merece la pena. Llenar el deposito con 50 euros a 1,05 euros/litro en vez de a 1.07 euros/litro significa tener 0.9 litros más, imaginemos que nuestro vehiculo consume unos 6,5 litros de media, pues tendremos para hacer unos 14 Kmts. mas. ¿A que merece la pena?

Consejos para reducir combustible

- Observe las instrucciones técnicas de su vehículo y btendrá mas rendimiento y reducirá el CO2.

- Revise la presión de los neumáticos. Con baja presión incrementa el consumo de hasta un 45%.

- Retire el peso innecesario. Cuanto más carga lleve, mas consumo de carburante.

- Cierre las ventanillas. Reducirá la resistencia del aire y del combustible.

- El aire acondicionado, sólo cuando sea necesario. El uso excesivo aumenta el consumo hasta un 5%.

- Inicie la marcha nada mas arrancar. Los motores modernos están diseñado para este fin

- Conduzca con moderación. Cada vez que acelera o frena aumenta el consumo.

- Cambie de velocidad lo antes posible. En 4º , 5º o 6º se consume menos combustible.

- Anticípese al trafico. Mantenga un buen campo visual y evitará frenazos y acelerones.

- Comparta el coche con sus compañeros. Ayudará a reducir el tráfico y el consumo de carburantes